Confesiones

Cada vez que voy por la Gral. Paz miro los autos estacionados bajo los árboles a la vera del camino con la certeza de saber que voy a encontrar una muchacha haciéndole el favor a algún impaciente.


Ahora...por qué el morbo de ver a una Doña probando un cachito del fletero?


Ni idea, curiosidad supongo.