La vida es un juego

La gente está muy mal. Problablemente, un gran porcentaje de la culpa la tengan programas como Gran Hermano, Bailando por un sueño, Operación triunfo y afines que están dejando nuestro cerebro como un queso Gruyere.

Conversación con el muchacho del delivery:

Yo: Buenas noches, ¿cuánto es?
D: 21 puntos.
Yo: ¿…?
D: 21 puntos, que boludo…como en un concurso.

Definitivamente, la gente esta muy mal.

Bajo la lupa

Existen los fumadores sociales (Ej. 1 - Ej. 2), los chupadores/as sociales y yo.
Reflexionando, llegue a la conclusión que soy un limpio social.
Cuando voy al baño sólo me lavo las manos si alguien me ve.

Oído al pasar

Lo bueno de decir la verdad es que despues uno no se tiene que acordar lo que dijo.

Machos eran los de antes...

Félix says:

che quiero coger

Benito says:

yo también

Benito says:

cogemos?

Félix says:

sin mariconadas

Benito says:

sisi, no te lavo la ropa cuando terminamos, no te plancho el calzoncillo ni te hago patitas de pollo

Félix says:

las patitas no me joden

Colón no estaba taaan equivocado...

esto se parece mucho a la India.


Con certeza puedo afirmar que este niño no esta en edad de pishar en la calle y mucho menos ser ayudado por su madre.
Ahora que reflexiono, cuando mis amigos pishaban las paredes de los edificios no estaban tan desubicados... tenían 17 recién cumplidos.

Que feo es estar en Mar del Plata ...

Esta tarde en la radio plantearon lo siguiente:

Si la vida fuese un viaje a Mar del Plata, en qué kilómetro te encontrarías?

Yo, sin ningún lugar a dudas, estaría comiendo medialunas en Atalaya®

Manual del regateo: Tecnica del pugilista

Los números nunca fueron mi fuerte. En casa de herrero, cuchillo de palo reza el dicho.
Sin embargo, varios meses en China regateando desde el precio del petróleo hasta la cuota universitaria, sendos viajes a centroamérica peleando el precio de las tasas aduaneras y ahora India me otorgan una vasta experiencia en el arte de la cinchada económica. Digamos que uno empieza a aprender cuanto tirar de la soga sin caer en el lodo.

Humildemente, he probado de todo: la técnica del prepotente, el cara de mosquito muerto, el homeless y hasta la mentira de ser miembro del ejercito de salvación. La lista puede engrosarse infinitamente dependiendo de la creatividad del comprador.

Según un estudio realizado por la UdlC (Universidad de la Calle), la mas eficiente de todas las estrategias existentes resulto ser la Técnica del Pugilista. Casi en un 70% de los casos utilizados, el comprador termino siendo el vencedor o en realidad, sin mentirnos, menos vencido.

Acá vale hacer una salvedad. El boxeador en cuestión no debe ser un Mike Tyson, un salvaje. Mas bien debe ser conservador pero dispuesto al movimiento rápido. Debe hablar lo justo y necesario sin llegar a ser tomado por callado.

Este milenario arte tiene, a mi entender, dos puntos fundamentales:
  1. El producto en cuestión no es el último orejón del tarro y definitivamente, sí lo encontraremos en otros sitios. Jamás será el último que veamos.
  2. Nunca el producto es más importante que el precio.
Si tenemos en claro estos dos pilares podemos ser casi invencibles. No obstante, como decía el gran Oscar Natalio "Ringo" Bonavena "cuando te subís al ring te sacan hasta el banquito, pibe" y por más doctorados en Harvard y estudios que nos amparen, nadie tiene la vaca atada en el regateo.

Demos inicio. Es de gran importancia encontrarse solo, nariz con nariz con nuestro oponente. La inferioridad numérica generalmente, salvo contados casos como las orgías, suele ser negativa. La multiplicidad de voces y la democracia aquí no juegan un papel preponderante. Como una cuasi - monarquía solo dos voces deben ser oídas: la del rey del local y la nuestra.

Subimos al ring y siempre con la guardia bien alta. En este juego en el que somos juez y parte, hacemos sonar la campana. How much? que vale? duo shao qian? diferentes sonidos en distintos países tendrán como resultado el mismo efecto. Let the game begin.

Comienza la pelea y es aquí cuando debemos medir con precisión a nuestro adversario. Nunca debe sentir que tiene las riendas, debemos nosotros tomar el toro por las astas. El dará su primer golpe: duro y a la marchanta (generalmente 3 veces más duro que lo normal). Siempre empoman a algún perejil. Con este golpe inicial, el esperara una respuesta pero, cuidado, que la situación no los supere.
Sigan midiéndolo y con la palabra justa pídanle uds. un segundo golpe. Este paso es de vital importancia. No golpeen. Ante la insistencia del contrincante, quien tiende a bajar la guardia, no respondan. Llevándolo al campo de las cartas, denle el envido y el truco. El segundo golpe contrario será esta vez, mucho mas preciso pero no certero. A este ultimo habrá que prestarle mucha atención porque será el quien nos otorgue la valiosa información que necesitamos.

El tipo quien ya se encuentra cansado y desmoralizado por la seguidilla de golpes desperdiciados, comienza a bajar lentamente la guardia. Es ahí cuando ponemos toda la carne al asador. Es ahí cuando lo tenemos contra las cuerdas.

Con paso de plomo, golpeamos. Si nuestro firme, fulminante y definitivo golpe obtuvo como represalia un: "It's a deal", "Trato" o "Xing" tan firme, tan fulminante y tan definitivo, corran. Escóndanse bien y busquen nuevos horizontes. Nosotros no queremos ganar por puntos, queremos Knoquearlos al primer round. No sientan vergüenza por perder una batalla. Que la conciencia no los carcoma. Recuerden, son ellos o nosotros.

A diferencia del verdadero boxeo, en este semi deporte amenazar con abandonar la lucha y buscar nuevos retadores no nos hará quedar como gallinas. Por el contrario, puede tener resultados psicológicos inesperados. Simule dejar el ring para buscar el cinturón de campeón en otro lado. Si nuestro paso lento y pausado es detenido por un: "come back, my friend", "vuelva, señor" o "lai lai", dense por satisfechos...

Como diría Osvaldo Principi - MADURA EL KNOCK OUT! -

¿Desidia, descuido o confianza?

El sábado fui a una fiesta a la que concurre gente de la “bien”. Todo transcurría en perfecta armonía. Solo un pequeño incidente en el que un pelotudo grandote o un gran pelotudo pulverizo sobre la llama un adminículo con gas que hace ruido. Uno de esos artefactos que usan los mexicanos en los estadios de fútbol. Muy molesto por cierto. Muy. Aun así el normal desarrollo de la fiesta no corría peligro.

Sin embargo, algo tenía que ocurrir. Ese algo ocurrió y me ocurrió a mí.

A esa hora en que se comienzan a distinguir los invitados que no querían ser invitados de los invitados que tienen que quedarse hasta el final aunque no lo quieran. Ahí sucedió todo, a la luz de los anillitos Made in China que tanto divierte a algún tipo de persona (no tengo muy claro a cual). Apoye mi celular sobre la mesa y lo deje descansando mientras alguien que no era yo le sacaba viruta al piso. Hete aquí que mi eslabón con el mundo exterior desapareció. Literalmente fue chupado. Hurtado, para la gente con la idea fija.

Algún inescrupuloso, atorrante, hijo de puta había cortado mi cordón umbilical. Me sentía ultrajado pero eso no iba a quedar así. Me la van a pagar, dije y me fui con pie de plomo a buscar al Métre. Que personajes más simpáticos los métres. Dicen que es un vocablo francés, yo creo que es un “me traes…” afrancesado. En fin, necesitaba no quedarme de brazos cruzados y relatarle el episodio aunque obviamente no iba a servir de mucho. Ni en el más dulce de mis sueños encuentro algo preciado que extravíe en “La Caja de los Objetos Perdidos”. Ni lo voy a hallar cada vez que pierda algo. Casi como la olla al otro lado del arco iris. Pero bueno, igual hay que ir con la frente alta y preguntar. Es una forma de sacarle el respirador al mal trago. Las luces se prendieron y la fiesta termino junto con la esperanza de encontrar lo que para ese momento ya era el Santo Grial.

Ofuscadísimo, le conté la experiencia a mi papá y seguido de un: “que lástima” llegó -en forma de estrellita Ninja- la siguiente máxima universal: “Dejar el celular sobre la mesa es desidia”. Para ese momento no sabía que quería decir pero sabía que no era nada bueno. Seguido de esa verdad absoluta me golpeó por lo bajo asegurando que nadie (léase ningún boludo) deja el celular sobre la mesa. Me alejé entre confundido y enojado. Minutos mas tarde descubriría que desidia es “f. negligencia, falta de cuidado y de interés”.

Que dilema. Creía haber actuado de manera correcta, al menos habitual. De no ser así, descongélenme. ¿De que me perdí? ¿Dónde estaba mientras el mundo comenzaba a alimentarse de objetos ajenos?

Definitivamente algo anda mal. Ese algo esta alterando el sistema y esta cambiando el futuro.

Digamos si a los viejos tomando mate en sillas plegables de playa frente a la puerta de la casa. Si a las Reebok Pump ® paseándose por la calle. Sí a fumar un cigarrillo con las ventanas del auto bajas. Saquémosle la roja a los Rotweillers. Digámosle no a los Dogos asesinos. Sí a los Labradores, salchichas y Bulldogs.

Démosle otra chance a los despistados, distraídos y cabecitas de novias. Terminemos con esta desidia por la vida y por lo ajeno.



Este texto esta dedicado a la bendita memoria del atrevido y sinvergüenza que me hizo reflexionar… que le sirva para llamar al SAME!