Yo estuve en Woodstock 1930!

El porro no mata, lo que mata es la humedad. Sino pregúntenle a mi abuela...

Para seguir reflexionando...

Esta es mi historia, la tuya o la de aquel.

Es la historia de cualquier joven repleto de sueños, ilusiones y cargado de esperanzas.

Suena excitante pero un mundo de frustraciones se esconde detrás de estos conceptos.

La juventud nunca es lo eterna que parece ser. Los sueños no están tan cerca como creemos, incluso son mas abstractos que los que soñamos dormidos. Las ilusiones jamás dejan de ser simples oasis en el desierto. Y la esperanza....ay, la esperanza no es mas que el último recuerdo que nos queda de algo que nunca fue y nunca será. Es la resignación vestida de blanco.

¿En que momento el luchar cada uno por darle forma a su vida se convirtió en rebeldía?

¿Desde cuando el mimetizarse con la gente es la manera más fácil de alcanzar un grado mínimo de felicidad o tranquilidad?

¿Por qué cada persona que rompe el molde e intenta cumplir con sus anhelados sueños es considerado un loco?

¿Por qué sus locuras son pagadas con el encierro?

Justamente la pérdida de la libertad es la causante de la frustración de sus sueños. Puede parecer confuso, de hecho así lo es. Deberían encerrarnos a quienes no somos considerados locos, total... ¿de qué puede servirle la libertad a un esclavo de la sociedad?

Diario de Viaje - Mongolia

Aqui el mail que envie con mi diario de viaje de la visita al interior de Mongolia (2005 )

Les escribo nuevamente desde Ulaan Baatar, capital de Mongolia. Tuve que adelantar la vuelta porque si bien el invierno todavía no llego la temperatura en las montanas ya llegaba a los 3 grados y no tenia ropa de abrigo para sobrevivir ese frió.

Este país es toda una aventura, con todo por descubrir, pero carece de todas las facilidades que a un turista se le puedan brindar. No hay vías férreas, ni rutas, por lo que no existe el tren (solo dos tramos en todo el país) y no hay servicio de micros. Solo se comunican entre si las minúsculas capitales fantasmas de cada aimag (provincia) mediante caminos de ripio. La forma de moverse acá es a dedo o juntarse con un par de personas que quieran visitar los mismos lugares y alquilar un jeep, obviamente ruso, con el chofer, lo cual puede ser bastante caro. Si la idea es ver "todo" lo que Mongolia tiene para ofrecer se necesita tiempo y por sobre todo paciencia, mucha más de la que yo dispongo. Para recorrer se pueden elegir dos opciones...la fácil, sin contratiempos pero a la vez muy costosa es sacar un tour con todo incluido o la que elegí yo, hacerse uno su propio itinerario y tratar de seguirlo como se pueda a pesar de las dificultades que el transporte ofrece.

La mayor parte de la población local es nómada y todos viven del ganado, por lo que se van trasladando dondequiera que haya algo que pastar. Todos incluso en la capital viven en gers (una especie de carpa circular), el cual se arma y desarma facilitando así su traslado. Yo tenía ganas de ver como era vivir de esa forma y quería conocer un poco las costumbres locales así que le pregunte a los dueños de la casa donde me estaba hospedando si podía visitar a los padres de cada uno en el interior del país y no tuvieron ningún inconveniente. Me escribieron dos cartas, una para cada pareja, explicándoles quien era, de donde era y principalmente que hacia ahí . Todo esto porque no existe el teléfono mas allá de la capital y no tenían forma de avisarles que estaba yendo para allí.

Bueno, mi "aventura" comenzó a 250 Km. de U.B, unas 6 horas de viaje. Primero fui a visitar a los padres de Oyuna, la dueña del guesthouse. Su ger quedaba en un valle entre las montanas y una parte del desierto que se llama pequeño gobi o golden gobi (es como un desierto en miniatura), el cual debe tener no mas de 10 Km. cuadrados. Me recibió una pareja, ambos arriba de los 75 anos y sus dos nietos de 9 y 14. El señor era entrenador de caballos y ex campeón nacional de lucha (el deporte mongol por excelencia) y el de 9 años campeón de carreras a caballo (la edad para ser jockey es entre los 8 y los 14). Pase ahí 6 días y 5 noches que si bien fue una experiencia inolvidable pareció no pasar más. El que vivió alguna vez en el campo sabrá entenderme, una hora ahí debe ser como 5 en la ciudad. Tanto asi que llega la noche y uno no se acuerda lo que hizo a la mañana y no precisamente porque haga mucho, todo lo contrario, sino porque los días son eternos y el pasado es mucho mas pasado. De mas esta decir, que no tienen electricidad, ni baños (hay que alejarse un poquito y ahí a plena luz del día, hacer lo que se necesite hacer), ni siquiera agua. Así es, no tienen heladeras, no se bañan, no se lavan los dientes y no hacen todo lo que Uds. se pueden imaginar con esas cosas que a ellos les faltan. De noche a la luz de las velas se comía todo a base de leche y para tomar, solo hay leche que puede ser tanto de vaca (zuu) como de caballo (airag) . Esta ultima, es la bebida por excelencia, se deja fermentar, se revuelve todo el día y como producto terminado queda un líquido viscoso, salado y con 3 % de alcohol. Les puedo asegurar que no quieren probarla. Volviendo al tema comida, me la pase comiendo arroz con leche (frió o caliente, dependiendo de como estaba el día), arroz con leche y carne secada al sol, fideos con leche y la misma carne, yogur, una especie de panqueques que se hace con la nata que sobra de la leche hervida y todo lo que se puedan imaginar que se puede hacer a base de leche. Si todo esto a alguno le sigue pareciendo tentador créanme que no lo es después de 6 comidas diarias. Ah! olvide decirles eso, el día es tan exageradamente largo que se desayuna tipo 8.30, se vuelve a desayunar a media mañana, se almuerza, se merienda doble turno y se cena.

El primer día recurrieron a mi (mala idea) para pedirme si podía arrear las vacas y las ovejas. Sin mucha autoridad, pude hacerlo. Mi presencia no les imponía mucho respeto pero me tuvieron piedad y me hicieron caso. A la hora de dormir, era tal el olor a animal que tenia encima y como les dije no había agua que me las ingenie para higienizarme con Off. De la comunicación no hay mucho que decir, ellos no hababan ingles y yo menos mongol así que con gestos u onomatopeyas nos pudimos entender. A la hora de irme, solo estaban los viejitos (los nietos se habían vuelto a la capital para empezar la escuela) quienes me despidieron entre lagrimas. Prometí enviarles las fotos que me había sacado con ellos, la cual es la forma que se utiliza acá para agradecer, ya que muchas veces no quieren aceptar la plata que uno les pueda ofrecer.

De ahí partí para Kharkorum, la antigua capital del imperio mongol. Esta tiene no más de 5 cuadras y todas de tierra. Pero al menos tenían electricidad para cargar mis baterías por unas horas. Pase ahí la noche disfrutando de los placeres mundanos, una Coca Cola bien fría, un plato de goulash (comida típica húngara que adoptaron los mongoles como propia), snicker y por supuesto del baño mongol, que no es mas que una casilla con un agujero (algo de privacidad no venia nada mal). Para hablar por teléfono, el único que había in town, había que trasladarse al correo y hacer cola para llamar. Uno tenia que sacar turno y aguardar que lo llamaran. Por supuesto que algo llamado internet no les sonaba ni familiar.

A la mañana siguiente, partí hacia Bat Olzi, un pueblo perdido en medio de las montañas, donde viven los padres de Gana (el otro dueño del guesthouse). En mi afán por hacer mas venturosa mi aventura y porque no ahorrarme unos togrogs (la moneda) decidí ir en moto, por supuesto de fabricación rusa. Le pague a un tipo cualquiera para que me lleve y acepto si problemas. Lo que yo no sabia era que Bat Olzi quedaba a 4 horas de camino de piedras (así es nada de tierra, solo piedras) entre las montañas y lo que tampoco me di cuenta es que la tarea de elegir un chofer no era tan simple como yo creía. El chofer a elegir debía ser flaco y ágil. Me confundí, que le voy a hacer, el que seleccione debía estar arriba de los 120 Kg. y tenia su trasero verdaderamente grande, por lo que no avanzábamos muy rápido y para mi persona no quedaba mucho espacio en el asiento. Pero bueno, la aventura estaba y una vez en la vida no esta mal sacrificarse.

Finalmente llegue a Bat Olzi, me esperaba otra pareja, esta creo que mas avanzados en edad, debían rondar ambos los 80. Lo bueno fue que ellos si tenían agua, si tenían snickers, pero no electricidad. La otra buena nueva fue que tenía mi propio ger. Pase ahí la noche, otra vez comiendo arroz con leche y carne. A la mañana siguiente, camine durante 2.30hs para llegar a un rio donde podía pescar. Aunque no lo crean, con un palo, un poco de línea y un grillo (grasshopper) pude sacar lo que mas tarde se convertiría en mi cena. Cociné el pescadito tempranito y casi sin fuerzas después de los 22 Km. que camine para ir y volver. Como les contaba al comienzo, pude dormir ahí una noche mas y decidí volverme, lo cual creo que fue acertado, porque la temperatura por estas latitudes esta empezando a bajar rápidamente. En un mes y medio probablemente pase la línea de los 30 bajo cero. Por supuesto que volver no me iba a resultar nada sencillo, tuve que despertarme a las 5 AM para tomar un colectivo directo a UB. Eso de directo, es un decir, digamos que fue mas o menos directo. Lo malo fue que fueron 11 horas por caminos en bastante mal estado, en un micrito que nada tiene que envidiarle a los chicken buses de los países centroamericanos. La buena noticia es que llegue, lo cual es lo más importante.

A pesar de todos los inconvenientes y percances que pude haber sufrido, pasé en el interior de Mongolia una experiencia increíble, que no voy a olvidar jamás en la vida.

Bueno eso es todo desde acá.

Beso a todos

Yo