Para seguir reflexionando...
Esta es mi historia, la tuya o la de aquel.
Es la historia de cualquier joven repleto de sueños, ilusiones y cargado de esperanzas.
Suena excitante pero un mundo de frustraciones se esconde detrás de estos conceptos.
La juventud nunca es lo eterna que parece ser. Los sueños no están tan cerca como creemos, incluso son mas abstractos que los que soñamos dormidos. Las ilusiones jamás dejan de ser simples oasis en el desierto. Y la esperanza....ay, la esperanza no es mas que el último recuerdo que nos queda de algo que nunca fue y nunca será. Es la resignación vestida de blanco.
¿En que momento el luchar cada uno por darle forma a su vida se convirtió en rebeldía?
¿Desde cuando el mimetizarse con la gente es la manera más fácil de alcanzar un grado mínimo de felicidad o tranquilidad?
¿Por qué cada persona que rompe el molde e intenta cumplir con sus anhelados sueños es considerado un loco?
¿Por qué sus locuras son pagadas con el encierro?
Justamente la pérdida de la libertad es la causante de la frustración de sus sueños. Puede parecer confuso, de hecho así lo es. Deberían encerrarnos a quienes no somos considerados locos, total... ¿de qué puede servirle la libertad a un esclavo de la sociedad?
Diario de Viaje - Mongolia
Les escribo nuevamente desde Ulaan Baatar, capital de Mongolia. Tuve que adelantar la vuelta porque si bien el invierno todavía no llego la temperatura en las montanas ya llegaba a los 3 grados y no tenia ropa de abrigo para sobrevivir ese frió.
Este país es toda una aventura, con todo por descubrir, pero carece de todas las facilidades que a un turista se le puedan brindar. No hay vías férreas, ni rutas, por lo que no existe el tren (solo dos tramos en todo el país) y no hay servicio de micros. Solo se comunican entre si las minúsculas capitales fantasmas de cada aimag (provincia) mediante caminos de ripio. La forma de moverse acá es a dedo o juntarse con un par de personas que quieran visitar los mismos lugares y alquilar un jeep, obviamente ruso, con el chofer, lo cual puede ser bastante caro. Si la idea es ver "todo" lo que Mongolia tiene para ofrecer se necesita tiempo y por sobre todo paciencia, mucha más de la que yo dispongo. Para recorrer se pueden elegir dos opciones...la fácil, sin contratiempos pero a la vez muy costosa es sacar un tour con todo incluido o la que elegí yo, hacerse uno su propio itinerario y tratar de seguirlo como se pueda a pesar de las dificultades que el transporte ofrece.
La mayor parte de la población local es nómada y todos viven del ganado, por lo que se van trasladando dondequiera que haya algo que pastar. Todos incluso en la capital viven en gers (una especie de carpa circular), el cual se arma y desarma facilitando así su traslado. Yo tenía ganas de ver como era vivir de esa forma y quería conocer un poco las costumbres locales así que le pregunte a los dueños de la casa donde me estaba hospedando si podía visitar a los padres de cada uno en el interior del país y no tuvieron ningún inconveniente. Me escribieron dos cartas, una para cada pareja, explicándoles quien era, de donde era y principalmente que hacia ahí . Todo esto porque no existe el teléfono mas allá de la capital y no tenían forma de avisarles que estaba yendo para allí.
Bueno, mi "aventura" comenzó a
El primer día recurrieron a mi (mala idea) para pedirme si podía arrear las vacas y las ovejas. Sin mucha autoridad, pude hacerlo. Mi presencia no les imponía mucho respeto pero me tuvieron piedad y me hicieron caso. A la hora de dormir, era tal el olor a animal que tenia encima y como les dije no había agua que me las ingenie para higienizarme con Off. De la comunicación no hay mucho que decir, ellos no hababan ingles y yo menos mongol así que con gestos u onomatopeyas nos pudimos entender. A la hora de irme, solo estaban los viejitos (los nietos se habían vuelto a la capital para empezar la escuela) quienes me despidieron entre lagrimas. Prometí enviarles las fotos que me había sacado con ellos, la cual es la forma que se utiliza acá para agradecer, ya que muchas veces no quieren aceptar la plata que uno les pueda ofrecer.
De ahí partí para Kharkorum, la antigua capital del imperio mongol. Esta tiene no más de 5 cuadras y todas de tierra. Pero al menos tenían electricidad para cargar mis baterías por unas horas. Pase ahí la noche disfrutando de los placeres mundanos, una Coca Cola bien fría, un plato de goulash (comida típica húngara que adoptaron los mongoles como propia), snicker y por supuesto del baño mongol, que no es mas que una casilla con un agujero (algo de privacidad no venia nada mal). Para hablar por teléfono, el único que había in town, había que trasladarse al correo y hacer cola para llamar. Uno tenia que sacar turno y aguardar que lo llamaran. Por supuesto que algo llamado internet no les sonaba ni familiar.
A la mañana siguiente, partí hacia Bat Olzi, un pueblo perdido en medio de las montañas, donde viven los padres de Gana (el otro dueño del guesthouse). En mi afán por hacer mas venturosa mi aventura y porque no ahorrarme unos togrogs (la moneda) decidí ir en moto, por supuesto de fabricación rusa. Le pague a un tipo cualquiera para que me lleve y acepto si problemas. Lo que yo no sabia era que Bat Olzi quedaba a 4 horas de camino de piedras (así es nada de tierra, solo piedras) entre las montañas y lo que tampoco me di cuenta es que la tarea de elegir un chofer no era tan simple como yo creía. El chofer a elegir debía ser flaco y ágil. Me confundí, que le voy a hacer, el que seleccione debía estar arriba de los
Finalmente llegue a Bat Olzi, me esperaba otra pareja, esta creo que mas avanzados en edad, debían rondar ambos los 80. Lo bueno fue que ellos si tenían agua, si tenían snickers, pero no electricidad. La otra buena nueva fue que tenía mi propio ger. Pase ahí la noche, otra vez comiendo arroz con leche y carne. A la mañana siguiente, camine durante 2.30hs para llegar a un rio donde podía pescar. Aunque no lo crean, con un palo, un poco de línea y un grillo (grasshopper) pude sacar lo que mas tarde se convertiría en mi cena. Cociné el pescadito tempranito y casi sin fuerzas después de los
A pesar de todos los inconvenientes y percances que pude haber sufrido, pasé en el interior de Mongolia una experiencia increíble, que no voy a olvidar jamás en la vida.
Bueno eso es todo desde acá.
Beso a todos
Yo