Manual del regateo: Tecnica del pugilista

Los números nunca fueron mi fuerte. En casa de herrero, cuchillo de palo reza el dicho.
Sin embargo, varios meses en China regateando desde el precio del petróleo hasta la cuota universitaria, sendos viajes a centroamérica peleando el precio de las tasas aduaneras y ahora India me otorgan una vasta experiencia en el arte de la cinchada económica. Digamos que uno empieza a aprender cuanto tirar de la soga sin caer en el lodo.

Humildemente, he probado de todo: la técnica del prepotente, el cara de mosquito muerto, el homeless y hasta la mentira de ser miembro del ejercito de salvación. La lista puede engrosarse infinitamente dependiendo de la creatividad del comprador.

Según un estudio realizado por la UdlC (Universidad de la Calle), la mas eficiente de todas las estrategias existentes resulto ser la Técnica del Pugilista. Casi en un 70% de los casos utilizados, el comprador termino siendo el vencedor o en realidad, sin mentirnos, menos vencido.

Acá vale hacer una salvedad. El boxeador en cuestión no debe ser un Mike Tyson, un salvaje. Mas bien debe ser conservador pero dispuesto al movimiento rápido. Debe hablar lo justo y necesario sin llegar a ser tomado por callado.

Este milenario arte tiene, a mi entender, dos puntos fundamentales:
  1. El producto en cuestión no es el último orejón del tarro y definitivamente, sí lo encontraremos en otros sitios. Jamás será el último que veamos.
  2. Nunca el producto es más importante que el precio.
Si tenemos en claro estos dos pilares podemos ser casi invencibles. No obstante, como decía el gran Oscar Natalio "Ringo" Bonavena "cuando te subís al ring te sacan hasta el banquito, pibe" y por más doctorados en Harvard y estudios que nos amparen, nadie tiene la vaca atada en el regateo.

Demos inicio. Es de gran importancia encontrarse solo, nariz con nariz con nuestro oponente. La inferioridad numérica generalmente, salvo contados casos como las orgías, suele ser negativa. La multiplicidad de voces y la democracia aquí no juegan un papel preponderante. Como una cuasi - monarquía solo dos voces deben ser oídas: la del rey del local y la nuestra.

Subimos al ring y siempre con la guardia bien alta. En este juego en el que somos juez y parte, hacemos sonar la campana. How much? que vale? duo shao qian? diferentes sonidos en distintos países tendrán como resultado el mismo efecto. Let the game begin.

Comienza la pelea y es aquí cuando debemos medir con precisión a nuestro adversario. Nunca debe sentir que tiene las riendas, debemos nosotros tomar el toro por las astas. El dará su primer golpe: duro y a la marchanta (generalmente 3 veces más duro que lo normal). Siempre empoman a algún perejil. Con este golpe inicial, el esperara una respuesta pero, cuidado, que la situación no los supere.
Sigan midiéndolo y con la palabra justa pídanle uds. un segundo golpe. Este paso es de vital importancia. No golpeen. Ante la insistencia del contrincante, quien tiende a bajar la guardia, no respondan. Llevándolo al campo de las cartas, denle el envido y el truco. El segundo golpe contrario será esta vez, mucho mas preciso pero no certero. A este ultimo habrá que prestarle mucha atención porque será el quien nos otorgue la valiosa información que necesitamos.

El tipo quien ya se encuentra cansado y desmoralizado por la seguidilla de golpes desperdiciados, comienza a bajar lentamente la guardia. Es ahí cuando ponemos toda la carne al asador. Es ahí cuando lo tenemos contra las cuerdas.

Con paso de plomo, golpeamos. Si nuestro firme, fulminante y definitivo golpe obtuvo como represalia un: "It's a deal", "Trato" o "Xing" tan firme, tan fulminante y tan definitivo, corran. Escóndanse bien y busquen nuevos horizontes. Nosotros no queremos ganar por puntos, queremos Knoquearlos al primer round. No sientan vergüenza por perder una batalla. Que la conciencia no los carcoma. Recuerden, son ellos o nosotros.

A diferencia del verdadero boxeo, en este semi deporte amenazar con abandonar la lucha y buscar nuevos retadores no nos hará quedar como gallinas. Por el contrario, puede tener resultados psicológicos inesperados. Simule dejar el ring para buscar el cinturón de campeón en otro lado. Si nuestro paso lento y pausado es detenido por un: "come back, my friend", "vuelva, señor" o "lai lai", dense por satisfechos...

Como diría Osvaldo Principi - MADURA EL KNOCK OUT! -

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